lunes, 29 de agosto de 2011

PERDÓN, RELACIÓN, OBEDIENCIA





Con nuestras limitaciones humanas, nos resulta realmente difícil aceptar el perdón sin límites. Sólo cuando seguimos buscando a Jesús, es cuando aprendemos a confiar más y experimentamos eso que podemos llamar: el amor y el perdón de Dios. Cuando le amamos, le obedeceremos, pero aunque estamos creciendo en amor y en confianza y en compañerismo con él, muchas veces nos separamos de él. Es entonces cuando caemos y pecamos, y necesitamos de nuevo acudir a él para arrepentimos, hasta siete veces en un solo día.

De modo que el cristiano en desarrollo puede descubrir que tiene pecados conocidos
en su vida y al mismo tiempo sostiene una relación continua con Jesús.
Los discípulos tenían una relación con Dios y al mismo tiempo seguían
cometiendo pecados conocidos en sus vidas. Aunque es posible tener una relación con Dios y pecar al mismo tiempo, tarde o temprano una de las dos desaparece.

Judas era el más inteligente de los discípulos. Era de los que pensaba rápido. Y
Recibió el mensaje. Comprendía el principio de que tarde o temprano, o se terminaba el
pecado o se terminaba la relación con Jesús. Sin embargo dijo: “No quiero que mi pecado se termine”. Abandonó la relación con Jesús por seguir el pecado.

Nosotros debemos escoger entre una vida de pecado o una vida de relación con Jesús, es bien importante que si es cierto que somos transformados por medio de una relación continua con Cristo, esto nos revela el secreto de la obediencia. Somos transformados por gracia, por nuestra continua relación con él, no por nuestras propias luchas, resoluciones, y esfuerzos por combatir el pecado y al demonio.

Es decir que no la lucha, la tribulación que estés pasando si no como te agras de dios para sobre pasar esa prueba, porque el camino a la vida eterna no es fácil Dios es amor pero entre mas tu busques de él, mas pruebas encontraras en él; camino es de tu parte continuar una relación con Jesús para obtener el regalo de Dios que es la vida eterna.

viernes, 19 de agosto de 2011

La gloria toda sea a Dios



¿Ha visto líderes que se roban toda la gloria y estando en la cumbre del éxito se olvidan de Dios y de que fue El quien les ayudó a ascender? Probablemente si. Hay pastores, obreros y hombres que
parecen atribuir a sus méritos y no al poder divino, los logros que cosechan en su desenvolvimiento.

Pregúntese ahora cuántas veces ha robado a Dios el lugar de primacía que le corresponde. Es
probable que como líder o siervo disfrutes de los momentos de reconocimiento, pero es a El a quien
debemos exaltar. Nunca olvides que ustedes y yo somos solo eso, siervos que cumplen una misión. La honra y gloria corresponden a Dios nuestro Señor.

Con frecuencia Satanás nos vende la idea de que no tenemos las capacidades para desarrollar
alguna tarea. Pero no es otra cosa que su estrategia para sacarnos del camino. Dios no busca hombres perfectos,porque quizá el orgullo los ha doblegado y no podrán cumplir su misión. Busca hombres que permitan el trato divino. Es a ellos a quienes puede moldear y a quienes usa en sus planes.

Dios mismo nos proveerá de los medios necesarios para que cumplamos la tarea exitosamente.
No se preocupe por eso; preocúpese por disponerse para El.